¿A qué más cosas puedes decir que No y conseguir más tiempo para tí? En la parte I (puedes leerla
aquí) te contaba 4 propuestas prácticas para aplicar en el día a día.
Hoy te traigo otras 4 propuestas que tienen una cosa en común:
Solo tienes que
decidirlas una vez y luego ya te beneficias de una
mejora permanente.
Verás que algunas son perfectas para el comienzo del curso escolar, y otras para cualquier momento del año. Solo necesitas voluntad para empezar a probarlo, porque después ya
no querrás desprenderte de ellas.
Ahí van:
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NO A TANTAS EXTRAESCOLARES
Si apuntas a tus hijos/as a:
+ las actividades que los niños quieren
+ más lo que tú crees que deberían porque les viene bien
+ más lo que piensas que necesitarán en el futuro
+ más alguna frustración tuya personal,
Estarás comprando todos los boletos para
el curso más estresante de tu vida.
Te reirás de “proyectar las frustraciones personales en los hijos”, pero yo ahora bromeo con mi madre de los años que me tuvo en el conservatorio de música simplemente porque a ella le hubiera gustado ir y no pudo. (Encima le salió mal porque con la guitarra yo era un “deshecho musical”).
El caso es que entre el Inglés, futbol, música, baile, robótica, otro deporte y alguna cosa más, a tus hijos apenas les queda
tiempo libre.
El tiempo libre es la cuna del juego libre y del aburrimiento. Ambos son aspectos muy importantes en el desarrollo del niño: el juego libre es una necesidad básica de la infancia y una fuente de aprendizaje. Y el aburrimiento es la puerta hacia la
imaginación y la
creatividad.
Sin diseñas un curso sin apenas tiempo libre, les estarás privando de ese espacio de aprendizaje y de creatividad, pero además les estarás programando para que cuando crezcan se parezcan a aquellos
hombres grises del libro de MOMO ¿te acuerdas?.
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NO A TANTOS DESPLAZAMIENTOS:
Es verdad que alguna que otra actividad enriquece las tardes, están más entretenidos, lo cual hace más amena la convivencia y les aporta algo. Lo que te propongo es que a la hora de elegir, aproveches los
recursos del barrio. Se pierde muchísimo tiempo en desplazamientos, que además normalmente van acompañados de
prisas y
tensiones.
Hay muchas madres que se quejan de ser “
madres taxistas”, y es que ninguna soñábamos con una vida ideal yendo de aquí para allá llevando y trayendo hijos, o esperando con los pies helados a que salgan de las actividades.
Si aprovechas los recursos del barrio minimizarás ese tiempo de desplazamientos. Además, al estar cerca de casa y ser un espacio conocido, cuando crezcan un poco podrán ir ellos solos o con sus amigos.
Además, en el barrio, tus hijos/as podrán conocer a otros amigos diferentes a los del colegio, que aportarán riqueza a su abanico social y a sus relaciones.
Un truco buenísimo para
ahorrarte el tiempo y estrés de desplazamientos, es traerte los profesores a casa. En mi caso, al tener 4 hijos, me compensa económicamente, y siempre puedes organizarte con algún vecino para que te salga más económico.
Además del ahorro de tiempo y de dinero, también tiene la ventaja de que puedes comprobar qué y cómo están enseñando a tus hijos.
La casa es un
agujero negro de tiempo. Todas conocemos a madres para las que la casa nunca está suficientemente ordenada o limpia.
Algunas personas creen que contratar unas horas de ayuda con la casa es un derroche de dinero, y les suena a lujo y a pijería. Sin embargo,
no valoran con la misma vara de medir el dinero que gastan por ejemplo en irse a cenar u otros pequeños lujos.
Si no se te ocurre de dónde sacar dinero para invertirlo en un poco de ayuda en servicio doméstico, haz el siguiente ejercicio:
Abre ahora mismo tu cuenta corriente y echa una ojeada a los gastos del último mes. Honestamente responde a esta pregunta:
¿Hay algún gasto del que podría haber prescindido?
Si la respuesta es que sí, no te lo pienses ni un minuto, invierte ese dinero en ayuda en casa. Porque es de esas mejoras que sí redundan en bienestar permanente en nuestras vidas, y como lo estás pagando, lo aprovecharás bien para hacer tú otras cosas.
Otras personas que teletrabajan piensan (o lo piensan sus parejas) que por estar físicamente en casa ya tienen que ocuparse enteramente de las tareas domésticas. Esto es una
trampa mortal. Quien trabaja desde casa sabe bien lo que digo.
También puede que seas ama de casa (y tu pareja trabaje fuera), y necesites sacar tiempo para formarte, emprender, o desarrollarse profesionalmente. Si lo que te limita para pagar ciertas tareas del hogar, es que se supone que por estar en casa tú debes asumir las tareas del hogar, habla con tu pareja de tus ilusiones y comparad el coste del servicio doméstico con lo que vas a ganar en ese futuro trabajo.
Si tu ilusión y determinación es fuerte, es solo cuestión de tiempo (y de organización) que lo consigas. Y si aún te cuesta decidirte, imaginate que ya lo has conseguido. ¿ha merecido la pena?¿le aconsejarías a tu YO del pasado no sacar ese tiempo para ella?
No pierdas el tiempo en decidirte y empieza por unas pocas horas a la semana. Porque no es ya solo cuestión de dinero, es que
te va la vida y la ilusión en ello.
En el caso de vivir en pareja, las tareas del hogar suelen ser una fuente de conflictos. Y si además tienes hijos, las tareas del hogar se multiplican y llegan a desplazar otras cosas más importantes como el tiempo el tiempo con los hijos, o con tu pareja, hacer planes que realmente te ilusionen, o tu desarrollo personal o profesional.
Y tú que eres madre, ¿no merece la pena delegar en la medida de lo posible estas tareas “solo” por el hecho de que tú estés más desahogada y de buen humor para
ofrecer tu mejor versión a tus hijos y darles lo que
solo tú puedes darles?
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NO A LA COMPRA PRESENCIAL SALVO LO FRESCO
Me encanta comprar la fruta, la verdura, el pescado y la carne en tiendas del barrio, pero para todo lo demás, no hay nada como hacer la compra on line una vez al mes.
Y no es poco: leche y otras bebidas, detergente y productos de limpieza, conservas, huevos, yogures, galletas, cola cao, productos de aseo personal, etc.. Kilos y kilos de peso que te quitas de encima y el tiempo de ir, recorrer el supermercado, hacer cola, cargar en el coche, descargar…
Compra on line los voluminosos y no frescos, y
te ahorrarás tiempo, esfuerzo y también dinero, porque al ser on line tienes la mente más “fría” y no caes tanto en caprichos.
Seguiría contándote cosas, pero ahora quiero escucharte:
Y tú ¿a qué otras cosas puedes decir que NO?